Ya que todos dicen, yo también diré algo. Como siempre no es
algo revelador, ni siquiera interesante.
Es por supuesto personal, es por
supuesto subjetivo.
Resulta que mi viejo era hincha de San Lorenzo. Pero más aún
era afecto a la búsqueda de buen fútbol, ver buenos jugadores. Fue así que por
ejemplo con la aparición de Diego Maradona, él como tantos otros, comenzó a
seguir a Argentinos Juniors sólo para ver si eso que se decía era verdad, si un
nuevo milagro futbolístico se encontraba en ese pibito de rulos y sonrisa
ganadora.
Yo creo que debe ser así. Intento serlo y no enceguecerme con
fanatismos pelotudos, banderas indestructibles, libros de Fernando Niembro o
programas de Fantino. Todo circo.
Ayer nomas, Juan Román Riquelme dijo que se sentía vacío. Se retiraba.
Creo que todos los futboleros también nos sentimos de esa
forma: Vacíos. Sin nada.
Por qué jugador del
fútbol argentino pagaremos la entrada para ver qué hace, cómo se mueve sin
pelota, cómo entiende el juego.
Riquelme es la inteligencia debajo de la suela.
No te vayas campeón.
Nos dejas solos corriendo
con Buffarini.
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