jueves, 1 de abril de 2010

Bajo un manto de neblinas.

Mañana, 2 de abril, se cumplen 28 años de la guerra de Malvinas. Del “Estamos ganando” al silencio y “desmalvinización” de la sociedad argentina. Una razón más para confirmar nuestra boludez. Los medios de comunicación durante la guerra y después… ¿Una autocrítica por ahí?...

El 2 de abril de 1982 fuerzas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas. El conflicto duraría 74 días con Inglaterra. Las plazas se llenaron de un sentimiento triunfalista que proclamó el gobierno militar. El periodismo no pudo o no quiso escapar de ese efecto. Cuando la derrota argentina fue un hecho los medios, callaron y con ellos toda la sociedad.


Mientras Héctor Cisneros habla, detrás de él se encuentra el uniforme del soldado Eduardo Araujo que murió en las Islas Malvinas como 648 de sus compañeros. Cisneros es el presidente de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas y dice: “Durante el conflicto había medios gráficos, radiales y televisivos que hablaban del éxito, cuando en realidad no era tan así, y los resultados lo demuestran”. Desde las tapas de los principales diarios los titulares arengaban a la euforia ciudadana por la posible recuperación de dos islas ocupadas por Inglaterra desde 1833. EL 2 de abril de 1982, Clarín titulaba “Euforia popular por la recuperación de Malvinas” y La Nación se sumaba con “Alborozo ciudadano por la reconquista de Malvinas”. Crónica decía "Argentinazo: ¡Las Malvinas recuperadas!" y en Córdoba, La Voz del Interior iba con el título:"Argentina reconquista las islas Malvinas". Adolfo Pérez Esquivel en la revista Humor, en julio de 1982, afirmaba que “Hubo gran desinformación y manipuleo de la emotividad del pueblo”, solo tres periodistas argentinos fueron a cubrir la guerra: uno de canal 7 (Nicolás Kasanzew) y dos de la agencia estatal TELAM (Diego Pérez Andrade y Carlos García Malod), mientras tanto el triunfalismo era también trasmitido por revistas como Gente y Somos. Gente dejó en la retina de muchos argentinos, tapas como la del 6 de mayo de 1982 que decía "Estamos Ganando” y la del 27 de mayo que insistía "Seguimos ganando”. Chiche Gelblung era su editor.


En la televisión los periodistas Mariano Grondona y Bernardo Neustadt afirmaban que si fueran soldados estarían muy tranquilos por la serenidad de sus jefes o que les había encantado el discurso del Presidente de facto Leopoldo Galtieri que dijo desde el balcón “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”.Para Rodrigo Lloret, de la sección internacional, del diario Perfil “La actuación de los medios fue por lo menos patética. En realidad es normal que en los momentos de guerra pase eso, pero como periodista tengo que repudiarlo”. Fueron 74 días de ficción periodística desde el 2 de abril de 1982 al 14 de junio del mismo año, en los cuales solo se realizaron notas de color y nunca se habló de los muertos en enfrentamientos, en las condiciones de los soldados o de las estrategias militares frente a una potencia mundial. Cuando se admitió la derrota, por lo menos fue sorpresivo, porque se pensaba que estábamos ganando.
La argentina poco a poco se fue “desmalvinizando”, un término que utilizó el politólogo francés Alain Rouquie cuando le dijo a Osvaldo Soriano en una entrevista: “Quienes no quieren que los militares vuelvan al poder tienen que dedicarse a desmalvinizar la vida argentina”, pero ese proceso incluyó injusticias, como el no reconocer a los héroes veteranos de Malvinas y dejarlos en el olvido, y consigo la deuda pendiente en debatir sus causas y consecuencias.La derrota en la guerra significó el último golpe para una dictadura que venía siendo abrumada por la inflación, el desempleo y el descontento popular, pronto llegaríamos a la primavera democrática con Raúl Alfonsín.

En la guerra murieron 649 argentinos y se estima, porque no hay datos oficiales, que más de 350 ex combatientes se suicidaron. Además como sucede en un régimen de terror, también fue víctima la verdad.






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