jueves, 19 de febrero de 2009

La vida sin música



Un día no escuche nada más, - Fue así de repente, como se lo cuento señor. Yo iba caminado por Florida, apurado como siempre, me paré frente a un tipo que siempre veo y que cantaba una de Silvio, y de repente solo veía que movía la boca, como haciendo mímica, a ese morocho, que yo siempre les digo a los muchachos que tiene con que para triunfar. El tipo tiene talento.
Es una sensación que no se la puede imaginar, lo veía al tipo que movía la boca, que deslizaba sus dedos en esa guitarra mal trecha con la carita del “che” mirando el horizonte, pero ninguna vibración sonora llegaba a mis oídos. El cartel del muchacho preguntaba: ¿Se imaginan la vida sin música?
Toque mis oídos, intenté sacarles cera o mierda o lo que fuere, ante la atenta y disgustada mirada de dos señoras que veían mi sufrimiento, que para ellas sólo era mal gusto.
Intenté tranquilizarme, miré al cielo pidiendo respuestas, pedí a Buda que me diera fuerzas, solicite a Zeus que quitará ésta maldición. Se me hacía tarde pero poco importaba, un sentido mío ya no estaba más, se había ido, me había dejado.
Me senté en el piso. La gente caminaba y me miraba. Recordé entonces música que me había hecho bien, escuché en mi mente a The Beatles, Charly García, Astor Piazzolla, algún tema de Jazz otros de cuando iba a folcklore. Recordé cuando conocí a Claudia y ese tema de Queen. Me enojé conmigo cuando ví que mí hijo tenía tristeza en los ojos, porque no le compraba el nuevo de La Renga, “eso no es música” le dije. Lloré y no escuchaba mis gritos.
Alzé la vista y pude ver a Fernando Sandungaray, un compañero de laburo, que me miraba y me hablaba. Mis ojos llorosos y su cara de preocupación. Sandunga toco mis oídos y escuché: - ¿Pero qué te pasa Ricardito?
Y sin ninguna explicación, Volví a escuchar. La vos gangosa y ronca de Fernando sonó como la mayor melodía del mundo. Me levante y le di un abrazo.
No le puedo explicar. Sandunga dice que no tiene poderes y se me caga de risa en la cara. Su comportamiento no es el de un sanador. Seré material de cargadas para toda la oficina por muchas temporadas y no es para menos. Pero los escuchó y me da gran felicidad. A veces hay que perder un poco para ganar. Suena en la radio aquel tema de Queen, mis lagrimas no se detienen hasta llegar a mí boca, hoy le compro ese disco.

1 comentario:

  1. Bien boludo!!!! (gritaría uno desde el fondo de la clase haciendole honor al nombre de tu blog)
    Muy bueno pato.
    Nos veremos en clase loco.
    Seba.

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