lunes, 28 de julio de 2014

Calamelo, Calamelo, vuelto, vuelto

¿Si yo te vengo con caramelos, vos me das un kilo de pan?; no calamelo, vuelto; calamelo vuelto; bueno mañana te vengo con los 7854 sugus que me diste y te saqueo el supermercado, qué te parece; ahhhh calamelo rico; caramelo vuelto.

Una vez más el chino de la vuelta me da sugus de vuelto. Si bien mi estado patrimonial no se ve afectado en gran medida con éste hecho… me rompe los huevos.

Cuándo comenzó la estafa de los caramelos. A partir de qué momento “el chino de la vuelta” es para una gran mayoría de los habitantes de Capital y Gran Buenos Aires algo totalmente naturalizado. Anda a comprar tal cosa al chino. El mito del chino que apaga las heladeras. El chino nunca cierra. Cómo laburan los chinos. El estado les paga para que se vayan de su país. La Mafia. El chino Maidana tiene huevos.

El primer ministro chino, necesita morfi para su pueblo. Argentina, soja. Vendemos soja. Porotos de Soja. Ni en pedo una zapatilla de soja o un teléfono inteligente a base soja, ni un puto chogur, champú, champan. Sólo los porotos.

Leo en los diarios que China será la primera potencia económica; que es el primer acreedor de los Estados Unidos de América; que sus fuerzas armadas tienen el ejército más poderoso: 2, 25 millones de hombres.  
Mi amigo Seba me  dice, que el banco en el que trabaja fue comprado por capitales chinos.  Después me manda una foto  de una publicidad en pleno centro porteño, es un cartel de una coca cola China: “Infusión JDB lidera el mercado chino, la receta original es más preferida”, así dice el aviso,  que está escrito como el orto. Nos reímos. Ni siquiera se molestan en escribir bien, no invierten en unas buenas películas para que la dominación sea un poco más efectiva, un poco más legitima. Por ahí no lo necesitan, con el gatito de la buena fortuna les basta. El gato de origen japonés adoptado por los chinos, mueve su pata, continuamente, eternamente, se aferra a una moneda en su panza. Porque al parecer, esa la tienen bien clara, las monedas para mí, los caramelos para los otros.
Con  Mickey estábamos mejor.


    


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