¡Che pero esos no pueden ser de la ´85! Mirá lo que es el ocho, el ocho ahí ¿no ves?, el que está hablando con el arquero… Si lo tengo visto, es amigo de mí abuelo y tiene dos hijos en la primaria. Palito le ponía humor a lo adverso.
Nico intentó arengar a la tropa: “¡Lo vamos a ganar igual che!, vamos a poner todo, a jugar como sabemos y esos veteranos…”. Pochi interrumpió lo que iba a ser un discurso emocionante, épico. Luego jugaríamos como héroes y saldríamos vencedores.
Pero no fue así.
Pochi dijo que nunca les podríamos ganar, que le parecía una vergüenza organizativa, una trampa evidente y que sólo cuando seamos mayores de edad tendríamos la remota posibilidad de victoria. Asentimos. Fuimos derrotados. Pasaron casi diez años desde aquel partido perdido antes de jugarlo, que nos arrancó un pedazo de orgullo. Todos los jueves esperamos en el Villa Tranquila.
Mientras peloteamos antes de empezar, de reojo miramos la puerta, no se habló nunca del tema, nadie de nosotros lo dijo expresamente, pero los esperamos, para cerrar la herida que sangra en nuestro corazón futbolero.
Fue publicado en el sitio Web Cuentos y más(muy bueno el sitio por cierto)
http://www.cuentosymas.com.ar/cuento.php?idstory=2012