sábado, 29 de agosto de 2009

El clásico del fin del mundo.

El encuentro más pobre, menos colorido, pero no por eso menos sentido por sus hinchas. Un clásico lado b como sólo el gran boludo argentino te puede mostrar


Jeremías sale del trabajo apurado para llegar a tiempo al partido, hoy es el clásico y no quiere llegar tarde al estadio. Juan Cruz ya llegó a la cancha, despliega su bandera y la cuelga en el alambrado, parece nervioso, hoy no es un partido más para el equipo de sus amores, hoy es el clásico. Comienza a sonar el redoblante, los cantitos de las hinchadas, solo faltan diez minutos para empezar. Uno grita “Que hoy tenemos que ganar” y otro que “somos locales otra vez”.Los equipos salen a la cancha, la furia contenida explota: banderas de un lado al otro peleando con el viento, bombas de estruendo que la policía no logró sacar en el cacheo y gritos que anhelan una victoria.
No es Boca jugando contra River. Tampoco el súper clásico del fútbol español Real Madrid-Barcelona. Es el último clásico del mundo, que enfrenta a Juventud Unida y el Deportivo Muñiz. Es el clásico más pobre del fútbol argentino, el que menos gente convoca y por lo tanto está al margen de cualquier tipo de cobertura periodística. Los dos equipos son de San Miguel, Provincia de Buenos Aires y juegan en la última categoría del fútbol argentino que es la Primera D. No se puede caer más bajo de la “D” y el último equipo de la tabla queda desafiliado, es decir que no puede jugar por un año y los miembros del plantel quedan desligados del club para jugar en donde quieran o mejor dicho en donde puedan, debido a sus pocas habilidades futbolísticas. “Desafiliar es lo peor, es un dolor muy grande, porque yo a Muñiz lo quiero de verdad” dice Juan Cruz, que visiblemente triste mira al suelo porque durante el año pasado su club no jugó, estuvo desafiliado. El “Rayo Rojo”, como le dicen a Muñiz, sufrió cuatro desafiliaciones por quedar último y pocas, muy pocas alegrías, entre ellas haberle ganado a Juventud en la temporada 2006-2007 por 5 a 1, para luego no jugar más por un año. Desde la otra orilla Jeremías ríe por el mal pasar de Muñiz y recuerda lo que cantaba la hinchada del “Lobo Rojo” (Juventud Unida) a su rival de siempre: “Solidaridad para el rayo que se va/ Solidaridad para el rayo que se va/ eso es un equipo/eso es una hinchada a desafiliar”. Jere es socio de Juventud desde los 6 años y su abuelo Obdulio fue Vicepresidente del club. Si bien ya no se amarga tanto como antes por los resultados, recuerda con nostalgia uno de los ascensos en la temporada 1997-1998 en que el Lobo logro el bicampeonato y el ascenso directo a la Primera C. No se olvida de ese equipo porque luego de ascender se desarmó el plantel, al otro año descendieron de nuevo a la “D” y desde entonces Juventud no tuvo logros importantes, más que permanecer en la categoría y oscilar en cada campeonato en la mitad de tabla.
Juventud y Muñiz pertenecen a un submundo futbolístico como es la primera D, más cercano al potrero de barrio que al profesionalismo: Ningún jugador cobra un sueldo, solo puede haber una gratificación de no más de 30 pesos por partido ganado. Lo que no se les niega a los jugadores es un pebete de jamón y queso para reponer energías. Los propios jugadores compran sus botines y muchas veces el club hace que cada jugador lave su camiseta y de esa forma abaratar costos. No hay transferencias millonarias, ni de miles, puede haber de cientos, por 800 pesos se puede comprar un jugador. Dentro de un plantel de la “D” se pueden encontrar los más diversos oficios: albañiles, fotógrafos, administrativos, abogados, profesores de educación física, vendedores ambulantes. Nadie vive del fútbol, pero según Fernando Priezza ex jugador de Juventud “No podemos vivir sin el fútbol”. Los jugadores juegan por la los hinchas no tienen más pretensiones que la de ver a su club crecer. Nada puede manchar la pelota en ese ritual casi íntimo que es el clásico del fin del mundo, un partido de la “D”. Un lugar libre de conflictos por la televisación, de la violencia de las barras bravas y corrupción de los dirigentes.
Jeremías afirma que la canción que puede reflejar el sentimiento de un hincha de la “D” es una estrofa de “Eclipse de Mar” de Joaquín Sabina que dice “Hoy amor, como siempre, el diario no hablaba de ti, ni de mí”.Nadie va hablar de Juventud-Muñiz, pero a quienes aman con pasión poco les importa la ignorancia de otros tantos.

DE LOS DOS LADOS, UN CLÁSICO LADO A Y EL LADO B
Lado A(Público) River-Boca promedio de 60.000 espectadores
Lado B(Público) Juventud-Muñiz promedio 500 personas.
Lado A(jugador mejor pago): Juan Román Riquelme 3 millones de dólares por año.
Lado B(jugador mejor pago):No se les paga, salvo por un pebete de jamón y queso después de los partidos.
Lado A(Reconocimiento Internacional):El diario británico The Sun dice “Es la experiencia deportiva más intensa del mundo”.
Lado B(Reconocimiento Internacional): No hay ninguna valoración.