lunes, 2 de marzo de 2015

The walking dead K

Por Jorge "El roña Castro" Editorial














La plaza de ayer confirmó dos cosas:

 1-El kirchnerismo vive. Como actor político, como sujeto activo y decisivo en los próximos años.  Ha tenido una gran tradición de resurrección cuando lo consideraban  un movimiento cadavérico. Resurge. Se retro alimenta cuando las dificultades los asechan, como un de boxeador que pelea mejor cuando tiene en frente un adversario que lo daña y lo exige. Necesita lamerse las heridas para luego golpear.  Como me pasó a mí con el cagón de John David Jackson 

2-El kirchnerismo ha muerto.
Se veía en Rivadavia y alrededores de la Plaza de los dos Congresos: Randazzo; Scioli; Domínguez; Uriibarri; Urtubey ;Aníbal ; Taiana … y no es sólo una cuestión semántica, ya que como sabemos la imposibilidad Constitucional  no le permite a Cristina ser nuevamente candidata a Presidente; las internas y ambiciones  dentro del Kirchnerismo dejará gente enojada. Nadie puede ser inocente de creer que un tipo que gasta miles de dólares en un cartel en General Paz  o en dónde sea ; que invierte en su imagen, en encuestas y demás sondeos ,  se quedará tranquilo apoyando al nuevo candidato, como si no pasará nada, como si la decisión de la Jefa sería una afirmación imposible de cuestionar. Habrá egos heridos y posibles rupturas. La frase “La elección del candidato es una decisión de la jefa del movimiento” es poco más, poco menos ,que fulbito para la tribuna. En política y más aún en una elección presidencial es plata o mierda. No hay medias tintas.
    
¿Por quién fuimos  a la plaza? Por Cristina.

La pulsión de vida o muerte no se ha definido en el Kirchnerismo. Hemos descripto  que  los espasmos de la oposición para ganar la calles no tenían una estructura homogénea detrás de un candidato, no había y tal vez no lo allá una figura política excluyente que pueda expresar unánimemente su descontento, expresarlo electoralmente.

 Qué sucede con Scioli, el sapo Daniel, será tolerable para el aparato digestivo más ortodoxo del kirchnerismo; la última esperanza blanca, de la mano de su eslogan cuasi espiritual  positivista-turístico, podrá encolumnar a todo el movimiento tras él. Sospechado de traición a cada paso, Cristina cederá a la numerología de las encuestas, a la buena imagen que tiene ante el electorado no kirchnerista.

No lo sabemos, habría que volver a la misma pregunta, con una respuesta un poco más extendida:

¿Por quién fuimos  a la plaza? Por Cristina. Pero ella no se puede quedar.

Otro que pica en punta dentro del lobby K interno,  es Florencio Randazzo, que ha demostrado muy buena gestión y por sobre todo sus actos fueron visibles para la población en general; SUBE; Trenes; DNI… pero…podrá llegar por sí sólo , por su nombre, si tuviera el padrinazgo de Cristina; ¿Podría  asegurar un triunfo del Frente para la Victoria? Hoy su promedio de intención de Voto es de un 7%.
En conclusión mientras ya hay definido dos candidatos seguros; Massa y Macri; el Kirchnerismo por incapacidad o por identificación histórica con el peronismo  no ha logrado construir un candidato, una especie de sucesor del modelo aceptado por todos y todas.  Una especie de pelotón K de candidatos se cierne sobre el futuro próximo, será cuestión de agilizar LA DECISIÓN, porque en un país históricamente personalista-carismático, en cuanto se refiere a la elección de Presidentes, el cuentito blanco y republicano de que el “candidato es el modelo”  es una basura y me da ganas de cagarlos a trompadas como lo hice en esa maravillosa velada del 10 de diciembre de 1994 en la cual derroté al cagón de John David Jackson 


Por eso es que creo que estamos en las cuerdas, agazapados, terribles, podremos dar la  trompada del Nocaut o seguiremos aguantando las embestidas, esperando el impacto final. 

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