No pagó… dice que la vuelta
anterior no le llevamos y por eso…
Don Bejarano pidió que se acerque
hasta su silla, tomo con sus manos la cara del niño y lo miró durante unos
segundos. Luego ordenó: Anda y cagalo a trompadas.
El pibe salió corriendo de la Estancia los Cardales hacía el
pueblo, corría y a cada latido comprendía que lo habían descansado, que ese
gordo bonachón del almacén estaba jugando con la comida de su familia. Entendió que las cosas se arreglaban así,
tenía miedo, pero siguió, la bronca y la rabia pudo más, hoy iba a ir a pescar
al arrollo Espín con sus hermanos, hoy descansaba y éste
que venía a joderlo, confirmando su
certeza, de que en ésta parte del mundo; el que tiene plata, tiene impunidad,
cumple si quiere… porque tiene plata noma.
Llegó al frente del
almacén, los peones en la puerta jugaban baraja, chupaban sus penas, él estaba
extenuado, el gordo salió al encuentro
del muchacho, tal vez no le había quedado claro, la leche no había llegado la
semana anterior y el no iba a pagar, no
le importaban las excusas de los mugrientos, el se quedaba con la entrega de
hoy, porque así iban a aprender…
El muchacho comenzó a acercarse, jadeando, casi repuesto de la
maratón.
-¿Qué pasa chinito… le explicaste a Bejarano lo de los
intereses?
Un cross de derecha directo a la mandíbula fue la respuesta.
El comerciante cayó despatarrado en un sueño
que duraría varias horas. Su mujer que veía la escena desde la tienda, gritó y
aulló todo tipos de insultos al chinito, que miraba la escena inconmovible y
soltó un parco y sólido argumento: Es que no me quiso pagar la leche señora.
Fue el primer Knock
Out, la primera recompensa que saldría de los poderosos puños de Marcos
René Maidana, que hoy subirá a la historia del Boxeo mundial y argentino, como
lo han hecho los ilustres Firpo; Locche; Bonavena y Monzón; a tomar eso que
siempre supo que era suyo, como cuando era un pibe, peón de campo, allá lejos
en Margarita.